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28/1/09

SI QUIERES, YO TE PUEDO AYUDAR A MORIR (PARTE 1)


Por más siniestro que pueda parecer el título de esta entrada, es una realidad cotidiana que me atrevo a decir no sólo sucede en salas de hospitales, sino en hogares que aparentan una tranquilidad inquebrantable. Me refiero, por supuesto, a la eutanasia: la muerte digna.

Cuando me di a la tarea de colaborar en este blog, pensé en iniciar con algo sobre lo que hice en mis últimos dos años en la maestría, un tema relacionado a la genética, pero una breve conversación que entablé ayer con un amigo (a quien de ahora en adelante citaré simple y llanamente como Mr. F) me hizo cambiar de opinión y prefiero tratar este tema que, a pesar de que puede parecer trillado, aun tiene mucha tela de dónde cortar, principalmente por lo controvertido que resulta. No quiero hacer una tesis del tema que bien podría ser interminable, sólo resaltar diferentes puntos de vista personales, opiniones recabadas y experiencias.
La mayoría de los humanos llevamos adherido como tatuaje un sentimiento de miedo a morir, nos resistimos como peleando por la eternidad, ¿pero tenemos este mismo miedo cuando la vida que llevamos nos infringe porque el sufrimiento supera a la calidad? Aquí es donde entra la eutanasia que, para que sea llamada como tal, es necesaria la existencia de un enfermo en fase terminal o que se sabe de antemano no se curará y, por supuesto, el personal indicado (llámese médico, familiar, etc.) para asistirlo siempre y cuando se cuente con el consentimiento del afectado. Hasta el momento yo no le encuentro nada malévolo a este acto de “bien morir” (como se le llama por su etimología griega), pero su polémica recae en esencia por principios morales de connotación religiosa. La iglesia afirma que si Dios te dio la vida, es el único indicado en quitártela, así si uno aboga por la eutanasia sería como atentar contra la voluntad de Dios, en pocas palabras, eres un perfecto pecador.
La eutanasia en la historia
Contrario a lo que pueda pensarse, la eutanasia no es un tema nuevo, y lo más sorprendente es que en la antigüedad no representaba los problemas que hoy se generan con sólo mencionarla. En Atenas, por ejemplo, los magistrados disponían de veneno para aquéllas personas que deseaban morir, una vez que se cumplieran con los requisitos y cito textualmente lo que profesaban: “si tu existencia te resulta odiosa, muere; si el destino te es adverso, bebe cicuta. Si la pena te abruma, abandona la vida. Dejad que el infeliz relate su desgracia, dejad que el magistrado le proporcione el remedio para que él mismo pueda ponerle fin”.
En su libro Utopía, Tomás Moro describe la forma del estado ideal, aludiendo que a los moribundos debe prestárseles todo cuidado y solidaridad, pero por otra parte que en caso de dolores extraordinarios, se puede contemplar poner término a su vida. Séneca, por su parte, afirmó que “es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento”.

La iglesia en contraparte.
Es de conocimiento general que la iglesia es una de las voces más combativas en contra de la eutanasia. Cabe aclarar que la eutanasia no es arrebatarle la vida a nadie, no es atentar contra al voluntad de las personas, sino como un acto que causa la muerte de una persona para evitarle un sufrimiento, con su previo consentimiento, por considerar que su vida carece de la mínima calidad para que sea considerada como digna. No obstante, el Papa Juan Pablo II en su momento señaló: “de acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios en cuanto a eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana”.
Mr. F y sus miedos.
Retomando el tema de este amigo y sus pesadillas, cabe aclarar que se trata de una persona sumamente reflexiva más que pensadora, lo cual lo ha llevado a adquirir a lo largo de su vida un buen manojo de temores. Pues bien, ayer que hablaba con él me contaba de un sueño recurrente que no especificó si es lúcido o inconsciente, pero que él lo llamó (y lo cito) como “una anticipación catastrófica”. Él se ha imaginado que queda paralítico, pero dentro de esa gravedad, él se convence (o intenta convencer) que sólo es una ocurrencia carente de poder, y que así es como se visualiza llegando a los 125 años (¡sólo alguien como él puede creer eso!) fuerte, lúcido y creativo, generando un pensamiento crítico a su alrededor. Pero por el contrario, también imagina lo que pudiese hacer en caso de que llegara a ser una carga para los demás ya sea por la avanzada edad (¡y cómo no si piensa llegar a los 125 años!), por accidente o por enfermedad, y así quitarse del vivir. Y es como se le presentan las distintas opciones (y vuelvo a citarlo): pistola, liquidito (supongo que él se refiere a algún veneno), tren, abismo, etc.

Siendo él un buen amigo mío y viéndolo ahora tan abatido, mi primera impresión fue asustarme con esos 125 años que pretende vivir, pero después, más tranquila y con el propósito de quitarle esa absurda intención, me propuse para ayudarle a quitarle la vida en caso de que fuese totalmente necesario, y le dije: “si quieres, yo te puedo ayudar a morir, tú sólo me avisas”.

(continuará)...

6 comentarios:

  1. Delicadon el tema, pero pues yo la neta no le veo nada malo si uno puede decidir sobre su propia vida o muerte en estados de salud demasiado inconvenientes

    La primer imagen del viejito que curada esta jajajaja

    Xhaludos

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  2. Buen tema.. aunque como dice Xhabyra algo delicado el tema de la muerte
    aunque tengo 18 años y me queda mucho vida por delante aun asi le tengo miedo a la "flaca huesuda" pero bueno todos tenemos nuestra linea de la vidad marcada
    Buen tema!
    Proxima reseña Scarface :)

    saludos Otmaran

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  3. tema escabroso y en la delgada frontera de la moralidad

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  4. Es delicado, como les digo, por lo polémico, pero siento que no debería de serlo cuando se trata de ayudar de una manera directa a que la persona que sufre deje de hacerlo con su consentimiento.

    Ya les contaré algunas historias interesantes en la 2da parte.

    Saludos,

    OMA

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  5. En un tema no tan complicado, sólo creo que se debe tener un poco madurez para hacer lo correcto en este tema. Creo que solamente en situación de extremo sufrimiento y que la persona esté desauciada o que esté en estado vegetativo, es válido aplicar la eutanasia. Fuera de estas dos situaciones no veo niguna razón para que sea practicada. El problema de la práctica de la eutanasia es cuando la persona quiere quitarse la vida sin haber contemplado todas la posibilidades antes de tomar esta decisión. Yo soy cristiano y con 13 años que llevo conociendo de Dios no he visto, ni creo que él condene tal cosa cuando se hace hace bajo éstas dos circunstancias, por la sencilla razón de que Dios está mas preocupado en la manera en la que vives que en la que mueres. Creo que la vida sólo ahique dejarla fluir naturalmente y cuando te llegue, acéptala con gusto. Esto lo digo porque en los hospitales llegan a conectar a los pacientes a tantos aparatos cuando ya su salud va en plena decadencia, ya no tiene cura, mejor que muera tranquilo en su casa. Cuando el tiempo de morir te ha llegado, ni la ciencia y tecnología pueden cambiar eso, entonces es cuando ahique desconectar todos los aparatos y que suceda lo que debe suceder.

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  6. Claro, Anónimo, estoy de acuerdo contigo en que si una persona está en extremo sufrimiento o en estado vegetativo, como tú mismo dices, el prolongarle la "vida" le prolongaría a su vez la agonía, por lo tanto la eutanasia tiene cabida. Pero infortunadamente la cosa no es tan sencilla como "si no puedes tener calidad de vida en ese estado, hay que cortarte la existencia". No podemos despegarnos de una sociedad en la que existen reglas, y mientras no hay una ley en donde se establezca que en caso de que tu salud sea precaria, se aplique la ley del "bien morir", este será considerado como un asesinato ante los ojos del hombre y, según la Iglesia, también ante los ojos de Dios. Sí, por desgracia.

    Gracias por tu opinión, y esperamos sigas visitándonos.

    Saludos.

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